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Por Osni Lima / Foto Cortesía

Cuenta la leyenda que todas las tardes los amigos se reunían en las panaderías para compartir las vivencias del día mientras degustaban de un rico café, lo mismo sucedía en la mayoría de los hogares de Tucupita, dónde una buena charla familiar estaba acompañada de la taza de café; hoy en día tomarlo se ha convertido en una práctica que sólo pocos pueden costear.

Con el reciente aumento del 103% que ubicó el salario mínimo integral en 5.196.000 Bs., el trabajador venezolano recibe un ingreso diario de Bs. 173.200 Bs., mientras que 500 gramos de café molido cuesta hoy en día 9.000,00 Bs., es decir ni siquiera con la totalidad de la mensualidad el venezolano promedio podría adquirir este rubro.

Una de las opciones es la compra del café preparado, sin embargo en cada una de sus presentaciones cambia de precio cada semana. En los comercios alegan que el kilo de café molido aumenta casi a diario, así como la leche líquida y el azúcar.Un cerrero, negrito, marrón, con leche o el popular guayoyo en tamaño pequeño vale entre Bs.200 mil y Bs. 400 mil bolívares, mientras que en su presentación grande vale entre Bs. 1.000.000 y Bs. 1.500.000.


Hay quienes recurren a los vendedores ambulantes para abaratar costos como Josefa Díaz, septuagenaria quien refirió que a diario debe tomarse su "cafecito" y para ello espera cada mañana en la puerta de su casa para que pase don Pedro con su termito para comprarle un negrito pequeño, "yo no compro en las panaderías porque son muy caros, tampoco compro café molido para hacer el cafecito porque no me alcanza, por eso espero a don Pedro que me vende un guayoyito pequeño en 30 mil, claro yo no lo compro a todo el mundo porque uno nunca sabe como lo prepararn, no vaya a ser que me enferme y sea peor", refirió.

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