Ahogados por la crisis económica, teniendo en cuanta que un sueldo no alcanza para nada y sumado a eso el gigantesco número de personas desempleadas. Por las calles de Tucupita se observan distintos emprendedores que se valen de las distintas alternativas que consiguen, además de aprovechar las bondades de la naturaleza, para así tratar de llevar dinero a sus hogares.
Tal es el caso de la ciudadana Rosibel Rodríguez, joven desempleada, pero con necesidad y entusiasmo para trabajar, la cual decidió ubicarse en un lugar transitado para poder vender mango con adobo, naranjas y tetas de diferentes sabores.
Sin embargo, la escasez de efectivo a ocasionado una suprema baja en las ventas. En las mismas condiciones se encuentran una gran cantidad de tucupitences que buscan ganarse la vida con la venta de popeyos, agua, cigarros, tarjetas, café y cualquier cosa lícita que le proporcione un ingreso monetario, pero al ser comerciantes informales no cuentan con alternativas de pago como puntos de venta o transferencia y menos teniendo en cuenta que sus productos son nimios.